sábado, 10 de junio de 2017

Gregory, el Perro Callejero


¡Damas y caballeros, bienvenidos al Club de los Aristócratas!

Esta semana toca hablar de otro personaje de Rule of Rose y, ya que hasta ahora hemos hablado casi en exclusiva de los niños, es el momento de dedicarle un apartado a los adultos. Por eso hoy vamos a tratar de conocer un poco mejor a Gregory M. Wilson, que es, junto con Wendy, el principal antagonista de la historia.


Gregory M. Wilson




Gregory M. Wilson, también conocido como el Perro Callejero, es uno de los personajes más importantes de Rule of Rose y el principal antagonista del juego, siendo el jefe final al que Jennifer tendrá que enfrentarse al acabar sus aventuras. Fue el culpable de la matanza del orfanato, en la que asesinó a todos los niños que allí vivían, a excepción de Jennifer. A lo largo del juego, Gregory se acerca a Jennifer para entregarle alguno de los cuentos que él mismo ha escrito y dibujado a mano, dirigiéndose a ella por el nombre de Joshua. Los niños del orfanato no se fían de él, pues piensan que es un secuestrador, por lo que vigilan todos sus movimientos y tratan de huir de él.


Biografía

Gregory Wilson era un humilde granjero que vivía en la llamada Casa de Pan de Jengibre, en una zona rural no muy lejos del pueblecito de Cardington. Su aspecto físico es el de un hombre alto, fuerte y de apariencia tosca y ruda, lo que se espera de un humilde granjero.

Gregory era padre de un niño llamado Joshua, al que quería por encima de todas las cosas. A pesar de vivir en la pobreza, Gregory siempre trató de ser un buen padre para su hijo, con quien procuraba pasar el mayor tiempo posible ya fuese jugando o llevándoselo al campo mientras trabajaba. Pero Joshua se puso muy enfermo, y Gregory hizo todo cuanto estuvo en su mano por cuidar de él. Durante el tiempo que Joshua estuvo encamado, Gregory escribió para él varios cuentos que él mismo ilustraba para poder leérselos, algo que al niño le encantaba.

Poco tiempo después, Joshua desaparece de la vida de Gregory. Aunque se ha especulado que podría haber sido secuestrado, es más lógico pensar que el pequeño no superó la enfermedad que padecía y murió. Sin su amado hijo, Gregory se quedó completamente destrozado y buscó refugio en el alcohol y el tabaco, convirtiéndose en un adicto. En sus manos tenía una pistola con la que a menudo se apuntaba a la sien, lo que sugiere que contempló la posibilidad de suicidarse más de una vez.

Pero un día, Gregory pasó junto a las ruinas de un dirigible que se había estrellado en Cardington hacía poco. Entre los escombros encontró a una niña: Jennifer, la única superviviente del accidente. Ni corto ni perezoso, Gregory se llevó a la niña a su casa y no le dijo a nadie que la había encontrado, pues ese no era su plan. Trastornada su mente tras la muerte de Joshua, Gregory vio en Jennifer a su difunto hijo y empezó a tratarla como si lo fuera. Le cortó el pelo, la vistió con ropa de niño y se dirigía a ella llamándola “Joshua”; incluso siguió escribiendo cuentos para leérselos en la cama antes de ir a dormir, como había hecho con su hijo tiempo atrás.

A pesar de que Gregory nunca le había hecho daño, Jennifer sabía que nunca la dejaría salir de casa. Con la ayuda de Wendy, que la había encontrado mientras curioseaba por el ventanuco del sótano, Jennifer consiguió escapar de Gregory y se marchó al Orfanato Jardín de Rosas.

Cuando Gregory descubrió que Jennifer había conseguido escapar de casa, perdió la razón por completo. Su mente fue incapaz de asimilar la segunda pérdida de su “hijo” y perdió lo poco que le quedaba de cordura. Wendy, que siguió observando su comportamiento durante una temporada, se aprovechó de su débil estado para manipularlo y convertirlo en el Perro Callejero. Martha Carol, la criada que trabajaba en el orfanato, fue testigo de cómo Wendy entrenaba a Gregory igual que si fuera un perro. La criada envió cartas a la policía de Cardington informándole de lo extraño y sospechoso que le parecía aquel comportamiento, pero la policía no halló pruebas suficientes para culpar a Gregory por ningún delito, por lo que no se siguió una investigación.

Pero una noche de diciembre, Wendy trajo a Gregory al orfanato y le ordenó que matara a todos los niños que allí había, siendo al final ella misma una de sus víctimas. Jennifer fue la única que sobrevivió y Gregory, que seguía viendo a Joshua en ella, le pidió perdón por todo el daño que había causado. Justo después, tomó su pistola y se descerrajó un tiro en la cabeza, esperando quizá poder encontrarse con su hijo en otra vida.


Asesinato, secuestro y posible canibalismo

La tenebrosa presencia de Gregory siempre se ha prestado a todo tipo de especulaciones acerca de su comportamiento hacia los niños. Sabemos que sentía un amor desmedido hacia su hijo Joshua, al que siempre trató bien hasta su presunta muerte. Sin embargo, es posible que Gregory tuviera un lado oscuro que le llevara a hacerles cosas horribles a otros niños.

Aunque se le ha acusado de ser un secuestrador y un asesino, en el juego no hay evidencias certeras de que Gregory haya cometido semejantes delitos. En el capítulo La Casa de Pan de Jengibre podemos encontrar el Diario de Gregory, en el que pone por escrito sus tareas cotidianas en el campo. A juzgar por lo inocente de sus entradas, nada da a entender que Gregory sea un mal hombre. Sin embargo, si Jennifer habla con el Caballero Cubo después de conseguir la pistola, este le dirá que ha cogido su “instrumento de justicia”. ¿Se refiere a que Gregory es culpable de algo tan terrible que merece morir por ello?

Cuando los niños hablan del Perro Callejero, dicen de él que secuestra a los niños para comérselos. Siguiendo esta lógica, Gregory podría ser fácilmente relacionable con el secuestrador del que habla el periódico Daily Flamingo, cuyo artículo se puede encontrar en la casa de Gregory. Además, los niños han compuesto una canción titulada El Perro Callejero tendrá sus Guisantes, en la que se da a entender que los guisantes son los niños a los que ha secuestrado.

En una de las entradas de su diario, Gregory dice que va a preparar sopa de guisantes. Si hacemos caso de lo que piensan los niños del orfanato y los guisantes son, literalmente, los niños a los que secuestra, podríamos estar hablando de un caso de presunto canibalismo. Es importante recordar el fuerte paralelismo que los cuentos de Rule of Rose tienen con los cuentos clásicos de Andersen y los hermanos Grimm; en este caso en concreto, las semejanzas con el cuento de Hansel y Gretel están muy claras. En el cuento de Hansel y Gretel, una bruja caníbal había convertido su cabaña en una casita de chocolate y mazapán para atraer a los niños, secuestrarlos y comérselos. Exactamente igual que se supone que hace Gregory.

3 comentarios:

  1. De mucha utilidad el post sobre todo el de Diana, se agradece

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  2. Genial me gusta el post estoy leyendo la memoria de las rosas y me esta sirviendo lo q escribes

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