martes, 13 de julio de 2021

Hora de Cuentos VI: Análisis de 'La Princesa Sirena'

 

¡Damas y caballeros, bienvenidos al Club de los Aristócratas!

Esto de no publicar más seguido acabará conmigo algún día, lo sé. Pero, mientras haya algo de lo que hablar acerca de Rule of Rose, aquí me tendréis para hacerlo y traeros todo el contenido que pueda sobre este juego que tanto nos encandila. Quisiera preparar una entrada haciendo una comparación entre Jennifer y Fiona, la protagonista de Haunting Ground, juego que tiene unas cuantas similitudes con Rule of Rose y que también es muy bueno.

Pero mientras eso no ocurre, os iré abriendo boca con el análisis de otro cuento más, que estoy segura que os gustará mucho. Hoy analizamos La princesa sirena.


La Princesa Sirena




Hace mucho, mucho tiempo, la princesa sirena se enamoró de un príncipe humano. Durante años, su amor no fue correspondido. La sirena no tardó mucho en hacerse vieja y decrépita, y estuvo totalmente sola hasta el día de su muerte. La pobre princesa del Reino de los Mares. ¿A quién le gustaría convertirse en una mujer fea como ella?

“Soy tuya, incluso muerta”.


Tercer y último cuento que Jennifer encuentra en la habitación de los Aristócratas.

Aunque algunos jugadores creen que este cuento se refiere tanto a Diana como a Clara, considero que está más centrado en Diana. La historia guarda un inmenso parecido con el clásico cuento de La Sirenita, de Andersen. Sin embargo, en lo que se refiere a Diana hay algunas cosas que no cuadran con el cuento: Diana no estaba enamorada de ningún chico y, por lo tanto, no tenemos constancia de que viese su amor no correspondido.

Lo que sí nos interesa es la parte en la que se dice que la sirena se hizo vieja y decrépita en un corto período de tiempo. En sus recuerdos, Jennifer rememora a Diana como una muchacha muy hermosa a la que le gustaba pasar largos momentos a solas para pensar en cómo le afectaba el crecimiento. Al parecer, Diana tenía muchas ganas de hacerse adulta por las ventajas que eso podía reportarle, pero a la vez era muy consciente de que crecer también significaba envejecer, lo que conllevaría la pérdida de su lozanía y belleza.

En cuanto a la sirena en sí, Diana tenía como tarea principal ocuparse de alimentar al pez koi del director Hoffman. Pero un día, Meg y Eleanor lo robaron y le cortaron la cabeza para aprovechar su cola y, junto con la mitad de una muñeca, convertirlo en una especie de sirena. Cuando Hoffman descubrió que su pez había desaparecido, regañó a Diana a la vez que la acariciaba de una manera bastante inapropiada, lo que provocó que Diana hiciese muecas y se retorciese de asco.

En lo tocante a Clara, es evidente que la relación con la Sirena viene por ser ésta el jefe al que hay que derrotar en este episodio. Clara aparece ante Jennifer como un ser horripilante, con las piernas envueltas por una cuerda y todo tipo de cortes por el torso y los brazos. Así es como Jennifer visualiza a la Sirena en sus pesadillas, pero no sabemos por qué le pone el rostro de Clara o, en otras palabras, por qué ve a Clara como una sirena. Quizá, como sugieren algunas teorías, Jennifer ve parecidos entre Clara y Diana: ambas son adolescentes y víctimas de abusos sexuales por parte de Hoffman. Es posible que la figura de la Sirena las representase a ambas con ciertas similitudes: Diana vería a la sirena como símbolo de belleza y juventud, lo que más anhelaba poseer; por otro lado, Clara desearía ser una sirena por el único motivo de poseer una cola de pez, es decir, algo que la ayudara a mantener las piernas unidas para que ningún hombre pudiera violarla.