lunes, 21 de enero de 2019

Reseña de "La Memoria de las Rosas", de David Moraza Sánchez


¡Damas y caballeros!

¡Bienvenidos al Club de los Aristócratas!

Creo que no hay en este mundo fan de Rule of Rose que no haya soñado alguna vez con tener por escrito la historia de Jennifer, Brown y el malévolo Club de los Aristócratas. Y tras una larga espera, ese sueño se materializó el pasado mes de diciembre de 2018 con la publicación de la novela de Rule of Rose, y que muchos hemos adquirido ya para poder devorar una vez más la truculenta historia que tanto nos atrajo desde la primera vez que nos adentramos en ese mundo. En cuanto supe que se estaba escribiendo una novela sobre Rule of Rose, traté de mantenerme al corriente de cualquier novedad que concerniera al proyecto. Ahora que por fin lo he leído, puedo traeros una reseña que procuraré que sea lo más completa y objetiva posible. ¿Estáis listos para embarcaros en un viaje que nos llevará a un mundo de pesadilla gobernado por niños psicópatas, extraños duendecillos y una promesa maldita? Pues seguid leyendo.




Título: La Memoria de las Rosas

Autor: David Moraza Sánchez

Editorial: Autopublicación

Nº de páginas: 277 págs.

Año: 2018

Sinopsis: La memoria de las rosas es una ilusión corta, es solo un momento efímero de la primavera que se desvanece con el susto del otoño y muere en la frialdad del invierno. Hay promesas que no se deben hacer, porque su incumplimiento acarrea graves consecuencias.





RESEÑA (sin spoilers)

No es nada sencillo escribir, y mucho menos reseñar, una historia como esta. Rule of Rose es un cuento macabro, el cuento de un pasado oscuro y doloroso que acabó dejando tras de sí una senda de muerte, locura y sangre que el tiempo no ha conseguido borrar. Jennifer, una joven de diecinueve años, deja por escrito en un diario los recuerdos que tanto marcaron su infancia, como el terrible accidente aéreo que la dejó sin padres, su secuestro a manos de Gregory Wilson y su posterior etapa en el Orfanato Jardín de Rosas, dominado por un grupo de niños que se hacen llamar Aristócratas del Lápiz Rojo, cuya influencia y tiranía harán que la estancia de Jennifer en el orfanato sea un verdadero infierno.

Al contrario que otros videojuegos en los que hay una historia bien perfilada que observa los parámetros de principio-desarrollo-final, en el caso de Rule of Rose la cosa se vuelve ligeramente complicada. Quienes hayan jugado a este juego, se darán cuenta de que es muy difícil seguir la secuencia de acontecimientos, hilarlos con detalles que pueden pasar desapercibidos y, finalmente, atar todos los cabos para darle coherencia al argumento principal (que, al contrario que la novela que nos ocupa, no está narrada en forma de diario). El hecho de que se trate de una historia basada en sueños, pesadillas y recuerdos traumáticos tampoco ayuda mucho, ya que hay que saber separar lo que pertenece a la realidad y lo que forma parte del plano onírico, y no todo el mundo puede hacer algo así.

Por eso, uno de los aspectos positivos de este libro es la habilidad del autor para tomar el material disponible y atreverse a ponerlo por escrito. Creo que ha hecho un magnífico trabajo seleccionando los elementos más importantes de Rule of Rose y luego reelaborándolos hasta crear una historia con una buena base y bastante coherencia. Me ha gustado también que haya respetado el canon pues, salvo excepciones, casi todo es muy fiel a la historia original, incluyendo ciertos diálogos o frases que podíamos oír en el propio videojuego, lo que supone un guiño al jugador.

Se agradece también el intento de darles a los personajes un trasfondo o un pasado propios. En Rule of Rose, la información que obtenemos de los personajes es muy escasa y la mayor parte de ella solo podemos conseguirla si obtenemos ciertos logros o si interactuamos con determinados objetos en momentos muy concretos. Sin embargo, esto no funcionaría en una novela, y por eso creo que el autor acierta al inventarse un trasfondo para los personajes; trasfondo que, además, ayuda a explicar su comportamiento malvado y abusivo, algo que se echaba de menos en el videojuego.

Me parece también digno de elogio el que Moraza haya optado por utilizar la figura del narrador en primera persona. Al tratarse de una historia muy introspectiva, vista siempre desde los ojos de Jennifer, resulta mucho más fácil meterse en la piel de la protagonista, conocer sus pensamientos, seguir sus actos y comprender por qué actúa como actúa. Además, es otro guiño al videojuego, ya que al final del mismo, en el último episodio, la propia Jennifer nos lleva por el orfanato y rememora todo lo ocurrido usando la primera persona, por lo que considero que es otro punto muy positivo.

Sin embargo, hay detalles en los que creo que el autor, no sé si por inexperiencia o por poseer un estilo al que yo no estoy acostumbrada, flojea bastante y han hecho que su novela me haya resultado un poco complicada de leer.

Empecemos por el lenguaje utilizado. La prosa de Moraza, caracterizada por ampulosos circunloquios, descripciones rimbombantes y discursos casi gongorinos, choca con el estilo infantil del ambiente de Rule of Rose. Momentos como cuando Jennifer está en el parque y empieza a rememorar sus juegos con Wendy, se convierten en pesadas descripciones con adjetivos que podríamos considerar grandilocuentes en el mejor de los casos y pedantes en el peor. Esta misma prosa púrpura es la causante del irregular estilo narrativo de Moraza, consiguiendo que algunas escenas muy sencillas se hagan demasiado largas y otras que necesitarían de un mayor desarrollo se queden en nada. El uso incorrecto de algunas palabras y ciertos errores de gramática y puntuación han hecho que este libro deje una impresión negativa que se habría podido subsanar gracias a la colaboración de un corrector de estilo o, al menos, de dos o tres lectores beta.

Aunque he mencionado en el apartado de aspectos positivos el que el autor haya optado por darles a los personajes el trasfondo del que carecían en el videojuego, me temo que en ciertas ocasiones la imaginación le ha jugado una mala pasada. Los pasados de algunos personajes, como puede ser el caso del de Eleanor, el de Olivia y ciertos detalles del de Wendy, por poner un ejemplo, no son para nada creíbles y resultan inverosímiles, sobre todo tratándose de personajes que en el momento en que ocurre la historia tienen edades que rondan entre los tres y los quince años a lo sumo. A todo esto se añade el hecho de que el autor, cuando decide cambiar las cosas y salirse del canon, lo hace por la vía errónea haciendo que algunos personajes hagan cosas que no les corresponden, ya sea por su escasa edad, porque no forma parte de su carácter o porque no era así en el videojuego original, como es el caso de Martha Carol, Susan, Wendy e incluso la propia Jennifer. Tampoco entiendo que haya decidido alterar los nombres de algunos personajes: Meg se convierte en Megan, cuando hubiera sido más apropiado llamarla Margaret, y tanto Martha como Nicholas ven incluso castellanizados sus nombres, pasando a ser Marta y Nicolás. Otro detalle es que el pueblo de Cardington, donde se desarrolla toda la acción, se convierte de repente en Bedford sin que sepamos muy bien por qué. Parece una tontería, pero la verdad es que me ha fastidiado.

Otra cosa que me ha sorprendido es que haya personajes con un protagonismo bestial en detrimento de otros que sí son más importantes para el desarrollo de la trama. Los personajes, a pesar de su variedad, son bastante inconsistentes frente a las leyes que el mundo proyecta, basadas única y exclusivamente en la figura de Wendy. Por eso llama la atención la práctica ausencia de Brown, el adorado perro de Jennifer, ya que el verdadero foco de Moraza es el personaje de Wendy, la antagonista, y se nota mucho el énfasis que le pone a la narración para que toda la atención y la fuerza de las escenas caigan sobre Wendy, no sobre la ternura que Jennifer sentía por Brown y que fue lo que acabó distanciándola de su amiga y provocando la tragedia final.

Y ya por último, y tratándose además de una historia de survival horror, sorprende que no hayan aparecido los tétricos Duendes que poblaban las pesadillas de Jennifer y que fueron parte de sus terrores infantiles. Sé que son elementos de fantasía y que, en realidad, no existían como tales, sino que eran producto de la imaginación de Jennifer. Pero hubiera sido muy interesante que el autor hubiera optado por introducirles de alguna forma, aunque fuese en forma de susurros o la sensación de su presencia, algo que le hubiera otorgado a su novela un aura de terror al estilo de Edgar Allan Poe. Es una lástima que el autor haya optado por suprimirlos de la acción, pues es algo que hubiera enriquecido mucho la historia.

Y hasta aquí mi reseña sobre La Memoria de las Rosas, del que me ha quedado, muy a mi pesar, un regusto un tanto agridulce. Aunque admiro la capacidad del autor para enfrentarse a una historia del calibre de Rule of Rose, me temo que tiene muchas carencias que a mi juicio, como lectora y escritora, han acabado lastrando la acción y han convertido esta novela en algo bastante aburrido.

¿Qué os ha parecido a vosotros? Si creéis que me he dejado detalles en el tintero o queréis hacer vuestra aportación, tenéis abajo la caja de comentarios para que podamos debatir tranquilamente. Eso sí, si vais a tratar asuntos de la trama, os pido que pongáis en letras bien grandes que vais a hacer un SPOILER, para advertir a posibles lectores de que no deben continuar si todavía no han leído la novela.

¡Nos vemos pronto!

jueves, 17 de enero de 2019

Sr. Hoffman, el Director del Orfanato


¡Damas y caballeros!

¡Bienvenidos al Club de los Aristócratas!

Tras muchos meses de postergar su redacción, hoy os traigo el último perfil de personaje de Rule of Rose, nada más y nada menos que el del señor Hoffman, el director del Orfanato Jardín de Rosas. Con este personaje ponemos punto y final al apartado dedicado a los Personajes de Rule of Rose, pero esto no significa que sea el final de este blog. Mientras siga habiendo misterios que desentrañar, subiré contenido a este espacio para todos vosotros.


Señor Hoffman




El señor Hoffman era el director del Orfanato Jardín de Rosas, donde también ejercía como profesor de los niños. A pesar de ser un docente de renombre, se muestra bastante intolerante ante las travesuras de los niños, además de no prestar la suficiente atención ante los reiterados casos de acoso que se dan entre los huérfanos. Tiene tendencia a mostrarse excesivamente cariñoso con sus favoritos, como es el caso de Clara, mientras que se pone bastante rudo con los niños que no le caen bien, como le sucede con Jennifer; a pesar de que los huérfanos a los que tutela han dado sobradas pruebas de maldad antes de que Jennifer llegara al orfanato, Hoffman no se recata en acusar a la niña del mal comportamiento de los chiquillos.

Se ha insinuado más de una vez que Hoffman podría ser un pedófilo a juzgar por su forma de proceder con Clara o con Diana. Nunca se ha confirmado oficialmente que Hoffman hubiese abusado de las chicas, pero las imágenes del juego dan a entender que probablemente sí lo hubiera hecho.


Biografía

Hoffman desapareció del orfanato poco antes de que lo hicieran Martha Carol y Clara. No se sabe qué fue de él cuando abandonó el orfanato en noviembre de 1930. En la última entrada que escribió en su diario no explica por qué se marcha, pero hace una referencia muy interesante hacia Jennifer; al parecer, según Hoffman, todos sus problemas empezaron cuando la niña ingresó en el orfanato. Es muy probable que se marchara, pero existe la posibilidad de que los Aristócratas lo hubieran asesinado, lo mismo que habrían hecho con Martha Carol.

En el capítulo Érase una vez, Jennifer recuerda a Hoffman como un profesor amable y admirable, aunque es posible que su carácter se hubiese endurecido al llegar ella. Tal vez los recuerdos de Jennifer se centren a propósito en la faceta amable del director Hoffman, como si, a pesar de sus perversiones, Jennifer quisiera recordarle como el hombre amable que una vez fue.

Jennifer comenta también que el día que Hoffman se fue, parecía que estaba huyendo de algo, pudiendo ser ese “algo” él mismo. Esto podría interpretarse como que Hoffman trataba desesperadamente de comportarse como un buen docente con los niños, pero su atracción sexual por las muchachas pubescentes le habría provocado sentimientos de culpa y vergüenza, motivo por el cual se marchó.

Otra teoría, tal vez la más probable, es que Jennifer hubiese descubierto a Hoffman cometiendo abusos sexuales con Clara y, al enterarse éste de que la niña los había espiado, se habría marchado del orfanato movido por la vergüenza o para que la niña no lo denunciara.

También cabe la posibilidad de que Hoffman huyera al ver el comportamiento del Club de los Aristócratas, que se había vuelto demasiado sádico e ingobernable, motivo por el cual prefirió huir.


En Rule of Rose

Durante el juego tendremos varias oportunidades de hablar con Hoffman, pero su actitud hacia Jennifer será tan hosca como la de la mayoría de los niños. Es frecuente que Hoffman regañe a Jennifer por intentar escaquearse de sus tareas.

En el capítulo Señor Peter, se le puede ver en la enfermería rodeado de Duendes, que lo atan a la silla con cuerdas. Más tarde, descubriremos que es uno de los jefes del juego, que intentará atacar a Jennifer utilizando una vara. Una vez derrotado, los Duendes se lo llevarán y limpiarán la sangre que se ha derramado por el suelo.

En el capítulo El Funeral, y a pesar de que en teoría ha muerto, podemos ver a Hoffman dirigiendo el servicio de limpieza en el orfanato. Si vamos a visitar a Clara a la enfermería, la encontraremos limpiando la camilla. En cuanto hagamos ademán de irnos, la puerta de la sala contigua se abrirá y aparecerá Hoffman, que llama a Clara y le ordena que vaya con él. Al mirar a través de la cerradura, veremos la que sin duda es la escena más escabrosa del juego, pues da pie a pensar que Hoffman sí cometía abusos sexuales con Clara.


Relación con Clara y Diana

Parece bastante evidente que Hoffman tiene cierto interés sexual hacia Clara y Diana, a juzgar por su comportamiento al tratar con ellas. En el capítulo La Princesa Sirena, vemos cómo conduce a Clara hacia su dormitorio. Si Jennifer mira a través de la rendija de la puerta, verá a Hoffman inclinado de manera muy sugerente sobre Clara. Se ha sugerido que las heridas que muestra Clara en su forma de sirena podrían ser el resultado de los abusos de Hoffman o de un intento frustrado de Clara por suicidarse al  no poder escapar de su destino.

La escena que se puede ver en El Funeral es legendaria entre los fans del juego, ya que es de lo más reveladora en lo que concierne a la actitud de Hoffman con Clara. En cuanto Jennifer hace ademán de irse de la enfermería, Hoffman aparece y llama a Clara para que vaya con él a la habitación de al lado, que se apresura a cerrar con llave. Si Jennifer se acerca y espía a través del ojo de la cerradura, podrá ver a Clara de rodillas limpiando el suelo con un trapo. Sus movimientos son poco naturales y sexualmente sugerentes; mientras tanto, el director Hoffman está de pie frente a ella apuntando hacia el suelo y dándole órdenes en tono entre amenazante y seductor. Existe además un archivo de audio que no se utilizó en el juego, en el que se puede oír la voz de Hoffman en lo que podría interpretarse como él mismo practicando el acto sexual.

En la Enfermería podremos ver que hay una camilla con apoyaderos para los pies, tal como si se tratara de una consulta de ginecología. Clara limpia la parte de la camilla que coincide con la pelvis; además, cuando camina parece llevarse los brazos a la parte del abdomen, como si sintiera dolor. Esto nos lleva a pensar que, aparte de los abusos sexuales por parte de Hoffman, Clara podría haberse quedado embarazada y le fue practicado un aborto por el mismo Hoffman.

Cuando Jennifer consigue derrotar a la Sirena, ante sus ojos se desarrolla una escena en la que Hoffman está regañando a Diana por el desorden en que se encuentra su habitación. Sin embargo, durante la riña Hoffman se dedica a acariciar y casi manosear a Diana. Cuando sale de la habitación, Diana se muestra claramente asqueada por los tocamientos de Hoffman y trata de limpiarse allí donde el hombre la ha tocado. Además, el extraño vendaje que lleva en una pierna sugiere que podría tener algún tipo de herida o moretón.


¡Y hasta aquí por hoy, amigos! ¡Hasta la próxima!