domingo, 22 de agosto de 2021

Hora de Cuentos VII: Análisis de 'La Princesa Harapienta'

 

¡Damas y caballeros, bienvenidos al Club de los Aristócratas!

¿Cómo estáis pasando el mes de agosto? Aquí, en España, es verano y el clima es bastante sofocante debido a una ola de calor que está recorriendo el país. Las vacaciones terminan y pronto daremos la bienvenida a septiembre, el mes de los nuevos comienzos y de los grandes proyectos a realizar. Como siempre digo, septiembre es un buen momento para echarse al mundo. Pero mientras tanto, vamos a continuar con los análisis de los cuentos de Rule of Rose, de los que ya quedan poquitos, y pronto traeré nuevas entradas para vuestro deleite.

Como ya sabéis, ahora le toca el turno al cuento titulado La Princesa Harapienta, uno de los episodios más largos e interesantes del juego. Espero que os guste este análisis, y nos vemos en la próxima entrada.


La Princesa Harapienta



Érase una vez una chica que cosía harapos día sí y día no. El hedor de los harapos se le impregnaba en la ropa. Sus hermanastras se ponían preciosos vestidos para ir al baile. Y la chica se quedaba en casa llena de envidia. Un día apareció un hada madrina, lanzó un hechizo sobre la chica y dijo: “¡Cósete un vestido gris ceniza y vete al baile con tus hermanastras!” La chica cosió los harapos llenos de hollín y así se convirtió en la princesa harapienta. Una princesa realmente maloliente. De hecho, apestaba toda la ciudad. No dejarán entrar al baile a una chica que huela tan mal. ¡Haré que esa chica se ponga este horrible vestido! Y así la princesa harapienta y la chica del vestido de harapos se hicieron muy buenas amigas.


Este es el séptimo cuento que Jennifer deberá leer aunque, a diferencia de los tres anteriores, no es necesario completar las últimas páginas para resolver el misterio final.

Aunque la historia está basada en el cuento de La Cenicienta de Charles Perrault, en realidad es también la historia de Amanda y su relación con Jennifer. Amanda, marginada y dejada de lado por los demás niños del orfanato, pasaba casi todos los días cosiendo trapos en la sala de costura, tal como rememora Jennifer en cierta ocasión. Al igual que en el cuento, es una auténtica Cenicienta esclavizada y vilipendiada por Diana, Meg y Eleanor, sus tres “hermanastras”, y su única oportunidad de ser feliz es asistir a un “baile”, es decir, entrar y formar parte del Club de los Aristócratas del Lápiz Rojo, en la vana creencia de que así la respetarán más.

La llegada de Jennifer al orfanato supondrá un duro golpe para Amanda, ya que era otra niña más con la que debía competir para entrar en el Club. Su relación con Jennifer oscilará entre el odio y la desesperación, aderezada con toques de obsesión e insania. Al principio jubilosa por ver que Jennifer está por debajo de ella en la escala social, Amanda no tardará en detestarla tras ver que ésta empieza a ascender de rango, llegando a rebasarla. Ese odio hacia Jennifer lo canalizará a través de la confección de una muñeca de trapo a la que viste con un andrajoso vestido gris ceniza. A escondidas de todos, Amanda se desahogaba apaleando esta representación de Jennifer por haberla superado a ojos del Club.

La frase final del cuento dice mucho acerca de la relación que llevaban Jennifer y Amanda. A pesar de que ambas competían por pertenecer al Club de los Aristócratas y de que Amanda le ponía trabas a Jennifer para que no pudiera ganarle, hubo momentos en los que se ayudaron y llegaron a entablar una suerte de extraña amistad. Ambas habían sufrido burlas y vejaciones por parte de la clase refinada del Club, se sentían solas y tenían la necesidad de pertenecer a un grupo desesperadamente, lo que pudo haberlas unido en cierto modo.