jueves, 8 de agosto de 2019

Los Jefes I. El Director Hoffman


¡Damas y caballeros, bienvenidos al Club de los Aristócratas!

Tras una larga ausencia movida por mi incapacidad para compaginar trabajo y aficiones personales, regreso hoy con una serie de apartados dedicados a los grandes enemigos del videojuego Rule of Rose. Como sabéis, le he dedicado una entrada a los Duendes para hablaros un poco de cómo son los principales enemigos que Jennifer se va a encontrar durante sus aventuras de pesadilla. Pero tanto hoy como en días sucesivos vamos a hablar un poco más sobre los grandes villanos, los jefes de final de fase: las mayores pesadillas de Jennifer.

Como sabéis, Rule of Rose se divide en un total de once capítulos de duración irregular, pero no encontraremos jefes al final de cada uno de ellos. En total podremos encontrar cuatro grandes jefes a los que tendremos que enfrentarnos para seguir adelante con nuestras aventuras, y hoy hablaremos del primero de ellos. Le he dedicado un apartado destinado a su biografía, pero en esta ocasión nos centraremos exclusivamente en su papel de villano.

¡Nos vemos muy pronto!


Director Hoffman




El señor Hoffman, además de ser el director del Orfanato Jardín de Rosas, es uno de los jefes del juego a los que Jennifer y Brown tendrán que hacer frente, concretamente antes de terminar el episodio titulado Señor Peter. Hoffman entra en batalla atado con cuerdas y correas, con una mano metida en la boca y portando una fusta en la otra, arma que utiliza para golpear a Jennifer.


Estrategia

Pese a ser el primer jefe oficial del juego, el Director Hoffman dista mucho de ser un enemigo fácil de abatir. A pesar de que está atado y sus movimientos son bastante erráticos, es muy rápido y sus ataques pueden ser devastadores. La clave está en ponerse a cierta distancia y saber cuándo atacarle antes de que vuelva a por nosotros.

La estrategia que debemos seguir para acabar con Hoffman sin morir en el intento es la siguiente. En primer lugar, es recomendable que Jennifer vaya armada con el Tubo de Acero que se puede encontrar al inicio del episodio (en la habitación Equipaje Segunda Clase). Para vencer a Hoffman deberemos golpearle con el tubo unas veinte veces, pero solo serán válidos aquellos golpes que provoquen salpicaduras de sangre. Además, es recomendable que Jennifer esté situada frente a él justo en el momento en el que se balancea hacia delante para descargar el golpe final con el tubo, ya que si no está correctamente alineada, este golpe no surtirá efecto. El rango de ataque del tubo es mayor que el de la fusta de Hoffman, por lo que también se le puede atacar si él falla el golpe y Jennifer se encuentra en el punto exacto, ni muy cerca ni muy lejos.

Brown puede resultarnos de ayuda en esta batalla. Si le damos la orden, Brown morderá la pierna de Hoffman hasta en tres ocasiones. Esto solo molesta un poco a Hoffman, pero nos dará tiempo suficiente para acercarnos y asestarle varios golpes. Hoffman también golpeará con fuerza a Brown para librarse de él, por lo que es recomendable llevar en el inventario comida para recuperar su salud si queremos que siga ayudándonos en la batalla.

Hoffman suele atacar descargando su fusta con fuerza, pero también puede abalanzarse sobre Jennifer y tirarla al suelo. Para levantarnos lo antes posible, debemos pulsar todos los botones varias veces y mover el joystick rápidamente. Si Hoffman salta y conseguimos esquivarlo, se quedará tumbado en el suelo y se levantará poco a poco, pero no es buena idea atacarle mientras se levanta, ya que en este momento los golpes de Jennifer no le afectarán; es mejor esperar a que se ponga de pie para atacarle.


Simbolismo

La aparición de Hoffman al final de este episodio es tan inesperada como terrorífica, pues aparecerá atado de una forma casi grotesca, con la mano izquierda metida en la boca y la ropa manchada de sangre. Momentos antes de su aparición, si Jennifer va a la Enfermería y se agacha para mirar por el ojo de la cerradura, verá a Hoffman sentado frente a su escritorio de espaldas a la puerta, pero rodeado por Duendes que lo atan con cuerdas. Los quejidos de protesta que emite Hoffman son un tanto extraños y no parece que sean de dolor, sino más bien de incomodidad o, como se ha sugerido, de tipo sexual.

No se sabe mucho acerca de lo que se pretendía representar con la figura de pesadilla de Hoffman. Quizá Jennifer se haya sentido amedrentada alguna vez por el severo profesor, quien solía perder los nervios con facilidad cuando sus alumnos no entendían lo que intentaba explicarles. Además, es posible que Hoffman sintiera cierta animadversión hacia Jennifer debido a que era una niña lenta a la hora de hacer sus tareas de limpieza. Sin embargo, esto no explica la violencia de la imagen de pesadilla que ataca a Jennifer en el dirigible, y más si tenemos en cuenta que Jennifer llega a decir de él que, aunque severo, en el fondo era un hombre amable que se preocupaba por los huérfanos.

Otra interpretación para la forma de pesadilla de Hoffman es que esa visión de él no sea un recuerdo de Jennifer, sino de Diana. Se ha sugerido que Diana, quien presumiblemente sufrió abusos sexuales por parte del profesor, se lo habría imaginado atado con cuerdas, en una postura incómoda y dolorosa, pues quizá es como le gustaría haberse vengado de él. El hecho de que Hoffman lleve una vara o fusta trae ciertas reminiscencias a algunas prácticas propias del sadomasoquismo, lo que se podría interpretar como que la relación carnal entre Hoffman y Diana estuvo marcada por el dolor.