¡Damas y caballeros, bienvenidos al Club de los Aristócratas!
Antes de nada, me gustaría desearos a todos un feliz año nuevo. Dejamos atrás el horrible 2020 y le damos la bienvenida como se merece al 2021, esperando que sea lo mejor posible para todos vosotros. Y aunque actualice el blog a paso de tortuga, no me gustaría dejarlo caer en el olvido, por lo que uno de mis propósitos para este año es mantenerlo activo todo lo que pueda.
Hoy vamos a empezar a analizar brevemente pero con cierta profundidad los cuentos de Rule of Rose. Como ya sabéis, uno de los objetivos principales de Jennifer es reunir y completar una serie de cuentos para poder avanzar en su aventura por el dirigible y el orfanato. Estos cuentos, dibujados de manera tosca y relatados con cierto misterio, son piezas clave que ayudarán a Jennifer a bucear por sus recuerdos y rescatar los retazos perdidos de su memoria. Podríamos decir que, sin los cuentos, Jennifer jamás se habría visto envuelta en su pesadilla ni habría podido escapar viva de ella. Sin embargo, me parece que sería interesante leer bien los cuentos y analizarlos gracias a lo que hemos podido ir descubriendo gracias a ellos y a los personajes que los protagonizan.
Hoy, como no podía ser de otro modo, le toca el turno al primero de esos cuentos, que es La Princesita. La peculiaridad de este cuento, además de ser el más largo, es que es el único cuento que siempre viajará con nosotros a lo largo de toda la aventura. Los otros cuentos pueden ser guardados en los Cubos de Basura que encontraremos a lo largo del juego, pero el cuento de La Princesita siempre lo llevaremos con nosotros en un apartado especial del inventario, pues se trata de la historia de la propia Jennifer.
He aquí, pues, mi advertencia: Vamos a hablar del cuento al completo, con SPOILERS y comentarios personales de diversos detalles, así que no sigáis leyendo si no habéis completado el juego o el episodio correspondiente. ¿Estáis listos? Pues adelante.
La Princesita
Érase una vez una preciosa niña. Su amiga, la Princesa de la Rosa Roja, estaba siempre a su lado. Un día, su papá y su mamá murieron repentinamente. Y la princesa también desapareció, así que la niña se quedó completamente sola. Entonces la pobre niña fue enviada a una casa extraña. En su nuevo hogar, el Club de Aristócratas se regía por la Ley de la Rosa. Pero la niña se sentía muy sola, hasta que descubrió a un nuevo amigo maravilloso. La niña y su compañero cumplían la Ley de la Rosa. El Club de Aristócratas cumplía al pie de la letra la Ley de la Rosa, así como la palabra de la Princesa de la Rosa Roja. La niña cumplía la Ley de la Rosa, pero la condesa no la quería. La niña cumplía la Ley de la Rosa, pero la baronesa la castigaba. La niña cumplía la Ley de la Rosa, pero la duquesa seguía hostigándola. Sin embargo, la niña y su amigo seguían siendo fieles a la Ley de la Rosa. A la Princesa de la Rosa Roja todo esto le parecía aburrido. Entonces emitió una última Ley de la Rosa. La niña tenía que sacrificar a su amigo especial. Y al hacerlo, se convertiría en princesa. Una princesita solitaria sometida a la Ley de la Rosa. La princesa afligida puso sus recuerdos bajo llave para siempre.
La explicación de este cuento es bastante obvia: se trata de la historia de la propia Jennifer cuando quedó huérfana y llegó al Orfanato Jardín de Rosas. Al principio, cuando Joshua le entrega este cuento, se verá que tiene muchas páginas en blanco; no obstante, estas páginas se irán rellenando a medida que avancemos en el juego (se pueden consultar los progresos del cuento en el inventario, ya que este cuento es el único que no necesitamos recuperar del Cubo de Basura para llevarlo siempre con nosotros).
Los eventos que se narran en el cuento La Princesita son los mismos que vivió Jennifer en su infancia. La Princesa de la Rosa Roja es, claro está, Wendy, a quien Jennifer consideraba su mejor amiga. Sin embargo, al llegar al orfanato, Jennifer vio que la verdadera autoridad la ejercían los niños que pertenecían al Club de los Aristócratas del Lápiz Rojo, con los que no congeniaba; además, la enfermedad de Wendy la mantenía encamada durante mucho tiempo, haciendo que Jennifer se sintiera muy sola.
Pero un día, Jennifer encontró a un nuevo amigo: un perrito al que llamó Brown y que la acompañaba a todas partes. A pesar de que obedecía todas las órdenes del Club de los Aristócratas, Jennifer nunca se sintió aceptada por sus miembros: Eleanor no mostraba el menor afecto hacia ella, Meg la castigaba para compensar sus frustraciones y Diana se divertía hostigándola a todas horas por cualquier motivo.
Pero Wendy, viendo que Jennifer se obstinaba en seguir teniendo a Brown, promulgó un nuevo Mandato de la Rosa y le ordenó a Jennifer que entregara al perro al Club de los Aristócratas como regalo. Jennifer, pensando que no le pasaría nada, obedeció; pero los Aristócratas, siguiendo las órdenes de Wendy, mataron a Brown. Con este último acto desalmado, la paciencia de Jennifer llegó a su límite y estalló: se abalanzó contra Wendy, la golpeó, la insultó y se encaró con todos los miembros del Club de los Aristócratas. Este gesto dio lugar al derrocamiento de Wendy y al ascenso de Jennifer como nueva Princesa de la Rosa Roja. Sin embargo, tras el repentino ataque de Gregory, Jennifer bloqueó sus recuerdos de la infancia y se olvidó de todo lo que había pasado en el orfanato.