¡Damas y caballeros, bienvenidos al Club de los Aristócratas!
Seguimos con el confinamiento y esto parece que no termina nunca, ¿verdad? Parece que la cosa va para largo y eso está minando la paciencia de más de uno, incluyéndome a mí. Pero no temáis, porque hoy os traigo otra entrada más para que podáis leer un ratito y distraer vuestro aburrimiento durante unos momentos. ¿Preparados para otra entrada de personajes animales? Seguid leyendo, amigos.
Pájaro de Eleanor
En varias escenas del juego podremos ver a Eleanor llevando una jaula en la que hay un pequeño pajarillo rojo, posiblemente un canario o algún tipo de ave exótica. Si tiene nombre, no lo sabemos, pero es común referirse al ave como el Pájaro de la Felicidad, quizá porque para Eleanor es un símbolo de dicha.
Durante el episodio titulado El Pájaro de la Felicidad, Jennifer tendrá que buscar y encontrar el pajarillo desaparecido de Eleanor, quien recorre el dirigible de arriba abajo buscando a su mascota perdida. No tardaremos en averiguar que fue el Club de Aristócratas quien se encargó de encerrar al pájaro en una caja a la que solo se puede acceder mediante la resolución de algunos acertijos. Las pistas para encontrarlo son dibujos que podría haber hecho la propia Eleanor en los que hay multitud de representaciones de pájaros, lo que nos demuestra lo mucho que le gustan a la niña.
Tal como sugiere el cuento del episodio, es posible que los pájaros fuesen una fuente de felicidad para Eleanor, y su gran fantasía sería poder convertirse en un pájaro y tener alas para volar al país de la felicidad, es decir, a un lugar donde podría estar con sus padres. Sin embargo, el final del cuento es tan cruel como devastador. Después de mucho buscar, Jennifer encuentra por fin al pajarillo dentro de una caja, pero ya está muerto. El hecho de que se le describa como “desangrado” nos indica que no podría haber muerto por falta de aire, sino porque los niños lo habrían matado antes. La mancha de sangre en una de las paredes del baño nos daría una pista al respecto, pues da pie a pensar que quizá lo hubieran estrellado contra la pared antes de meterlo en una caja. En el momento en que Eleanor descubre que su pájaro, es decir, su felicidad ha muerto, se percata de una cosa cierta y cruel: Que la felicidad eterna no existe y que jamás volverá con sus padres.