viernes, 3 de enero de 2020

Brown, el Perro Leal


¡Damas y caballeros, bienvenidos al Club de los Aristócratas!

¡Feliz año nuevo a todos, amigos! ¿Cómo habéis empezado este 2020? Espero que estas fiestas hayan sido muy felices para todos vosotros y hayáis recibido muchos regalos... y ojalá que no hayan sido como los regalos que suele recibir el Club de los Aristócratas del Lápiz Rojo...

Para empezar bien el año, vamos a continuar con este blog hablando de los animales que han salido en Rule of Rose, pues no suelen ser objeto de mucha atención pese a su enorme importancia en el juego. Por eso hoy vamos a hablar del que, sin lugar a dudas, es el personaje animal más importante de toda esta terrorífica aventura: el perro Brown.

¿Estáis listos? Pues seguid leyendo.


Brown





Brown es uno de los personajes principales de Rule of Rose. Este Labrador Retriever fue la mascota de Jennifer durante sus días en el orfanato y se convirtió en su amigo más fiel y cercano. A lo largo del juego, Brown ayudará a Jennifer utilizando sus grandes dotes olfativas para rastrear objetos importantes y ladrando para distraer a los enemigos que tratan de atacarla.


Biografía

La primera vez que vemos a Brown es en el capítulo El campo de tréboles. Mientras Jennifer explora el dirigible, descubre a Brown en el Sector 9 atado con cuerdas y vendajes, y colgado por las patas. Utilizando las tijeras, Jennifer consigue liberarlo pero el perro sigue sin confiar en ella; tendrá que ponerle el collar encontrado en el cobertizo para darle un nombre y entonces el perro se tranquilizará y se mostrará más cariñoso.

Brown es un perro muy obediente y atento a todas las órdenes de su ama. Sabe rastrear objetos cuando Jennifer dice “Go!”, vuelve junto a ella cuando Jennifer lo llama, se sienta si Jennifer le dice “Stay” e incluso responde con un alegre ladrido cuando Jennifer dice su nombre. Sin embargo, sus dotes de ataque no son muy buenas, ya que Brown solo ladrará en dirección a sus enemigos para distraerles y que dejen de atacar a Jennifer; la única excepción es cuando se enfrentan al director Hoffman, pues Brown puede llegar a morderle la pierna. Aunque puede sufrir daños, nunca llegará a morir, pero sí puede quedar inconsciente. Es importante llevar objetos recuperativos para Brown en el inventario, tales como huesos, chuletas o comida enlatada para perros, que restaurarán toda su vitalidad. En caso de no tener a mano esos objetos, no tendremos más remedio que salir de la habitación en la que nos encontremos, y Brown aparecerá junto a Jennifer de manera automática, pero caminará muy despacio y con una pronunciada cojera; con el tiempo, irá recuperando su vitalidad por sí solo.

Las habilidades olfativas de Brown son una parte fundamental del juego Rule of Rose, y sin su ayuda Jennifer jamás habría logrado completar su aventura. Brown es capaz de encontrar casi cualquier cosa que se le dé para rastrear, tanto objetos vitales para la historia como otro tipo de objetos que, sin ser absolutamente necesarios, sí ayudarán mucho al jugador o le proporcionarán secretos extra.


En «Rule of Rose»

Alrededor de julio de 1930, cuando Brown era tan solo un cachorro, la pequeña Jennifer lo encontró en un cobertizo destartalado cercano al orfanato. Sintiendo pena por el pobre animal, Jennifer lo adoptó y le puso nombre, y desde aquel día ambos se hicieron amigos inseparables. Gracias a Brown, Jennifer por fin supo lo que eran la amistad y el amor incondicional, y mientras estuvieron juntos nunca se sintió sola. Le puso a Brown un collar con su nombre, y de ese modo el lazo entre ellos se hizo más fuerte a medida que Jennifer lo visitaba día tras día.

Ilusionada por compartir su alegría, Jennifer trató de presentarle a Wendy a su pequeño amigo, sugiriendo que ambas podían hacerse cargo de él juntas. Pero Wendy se dio cuenta de que Jennifer quería más a Brown, y esto hizo despertar en ella sentimientos de furia y celos. Trató de convencer muchas veces a Jennifer para que abandonara a Brown; primero, de manera amable y persuasiva, pero después con mayor desprecio hacia el perro. Desafortunadamente para Wendy, Jennifer rechazó su exigencia y siguió cuidando de Brown.

Cuando vio el rechazo de Jennifer, Wendy dio orden a los Aristócratas de que se lo hicieran pasar mal, en un intento desesperado por hacerle ver que, por mucho que quisiera a Brown, el perro no podía salvarla. Pero como Jennifer seguía sin ceder, Wendy planeó su venganza definitiva: matar a Brown.

Una noche de noviembre de 1930, los niños se llevaron a Brown en secreto y lo metieron dentro de una bolsa. Como las memorias de Jennifer están fragmentadas, nunca se ve explícitamente cómo matan a Brown. Se cree que los niños podrían haberlo golpeado con palos hasta matarlo, como se puede ver al inicio del juego. La bolsa sería puesta más tarde dentro de un ataúd y enterrada, de modo que si Brown siguiera vivo quizá hubiera muerto por falta de aire. En otro momento del juego, se ve a Brown muerto con una cuerda atada al cuello, insinuando que podría haber sido ahorcado o estrangulado.

En el capítulo El Funeral, Jennifer recibe numerosos papeles que la señalan a ella como el obsequio del mes. Pero tras superar las pruebas y volver a la puerta del regalo, descubrirá que el obsequio del mes es Brown. En la habitación de los Aristócratas, Amanda le susurra entre risitas que es demasiado tarde, pues su amigo está dentro de la bolsa ensangrentada. El momento del clímax viene cuando por fin se descubre que detrás de todo estaba Wendy. Jennifer estalla, incapaz de soportarlo más. Se lanza sobre Wendy y la abofetea una y otra vez, llorando y gritando de disgusto, y al final hace que se vaya de allí humillada.

Podremos ver a Brown adulto por última vez durante la batalla contra el Perro Callejero. En realidad, y puesto que el verdadero Brown está muerto, su presencia sería parte de los recuerdos de Jennifer, pero no tanto un recuerdo tangible, sino más emocional. Sería como una manera de decir que pensar en Brown la hace más fuerte y le infunde ganas de luchar y salir adelante. Además, es Brown el que se encarga de avisar a Jennifer cuando aparece la luz y, de hecho, la guía hacia ella. Esto puede interpretarse como un símbolo de amistad e incluso religiosidad, pues es Brown quien conduce a Jennifer a la salvación.

Si desbloqueamos el final bueno, tendremos acceso al capítulo Érase una vez, en el que seremos testigos de la metáfora final cuando Jennifer encuentra a su pequeño cachorro, le pone la correa y lo deja encerrado en el cobertizo. Muchos piensan que Jennifer está siendo cruel al abandonar así al pobre Brown, pero lo que en realidad está haciendo es dejar atrás el pasado. Al encerrar a Brown, lo que está haciendo de forma metafórica es dejarlo en sus recuerdos, donde debe permanecer. Ella está viva y debe seguir adelante, pero Brown tiene que quedarse en sus recuerdos. Tras haber conseguido recordar a su amigo, ahora lo único que puede hacer es cumplir su promesa y no olvidarla jamás.


¡Y hasta aquí por hoy! ¡Hasta pronto!